Astrología, un lenguaje que ordena
- Paola Antonini López Terapeuta
- 4 ene
- 3 Min. de lectura
“La astrología tiene asegurado el reconocimiento de la psicología, sin ulteriores restricciones, porque la astrología representa la suma de todo el conocimiento psicológico de la antigüedad”
C.C. Jung, comentario sobre El Secreto de la Flor de Oro”
SURGIMIENTO DE LA ASTROLOGÍA PSICOLÓGICA
Fotografía: @lalomaproductora

En la década de los 30 ́ los avances en el campo de la psicología comienzan a evidenciar la necesidad de reestructuración y redefinición de la astrología y sus objetivos. Este proceso lo podemos situar en 1936 con las investigaciones de Dane Rudhyar y la publicación de su libro “The Astrology of Personality”. Al modificarse la consciencia de la gente tras los cambios generacionales, también fue necesario e inevitable que los métodos de interpretación, las prácticas e investigaciones astrológicas se actualizaran, como continúan haciéndolo hoy en día.
Hasta entonces existía una astrología tradicional cuyo objetivo estaba ligado más a la adivinación. Se suponía que el mapa natal daba cuenta de las circunstancias que determinarían la vida de una persona y que las mismas devenían del mundo externo. Por lo tanto, se consideraban predecibles e inalterables. Pero sabemos que el ser humano no es nada predecible, que es capaz de dar ilimitadas respuestas que varían según sus razones, voluntad, incluso aquella de la que no es del todo consciente, y más aún determinada por razones inconscientes que él mismo desconoce y que están ligadas a su pasado y las formas que encontró para arreglárselas en la vida. Esto incluye sus mecanismos de defensa, sus talentos, sus deseos, etc.

Cuanto más consciente sea la persona de sí misma, es decir cuanto más sepa cuáles son sus patrones en los devenires vinculares, sus lugares comunes o mecanismos defensivos, sus herramientas para resolver, más recursos va a tener para estar en la vida sin que sean necesarios movimientos externos tan fuertes que le hagan comprender estas mismas circunstancias. Es decir que, a mayor consciencia, mayor capacidad para discernir o aprender desde pequeñas intervenciones o insinuaciones de acontecimientos. Y a menor conciencia, mayor es la necesidad de experimentar circunstancias externas concretas que muestran esta misma información.
Por eso la redefinición de la astrología está ligada a esta cosmovisión en la que se estudian los patrones de destino, pero no como verdades cristalizadas sino como senderos que recorre la energía arquetípica, dentro de los cuales las personas se pueden mover con mayor o menor consciencia. Y de esta diferencia, nace la posibilidad de vivir desde un lugar menos reactivo y dramático, en términos de exceso de tensión difícil de tramitar. Y también de esta diferencia nace la posibilidad de singularidad creativa. Es decir, como dos personas con una misma carta natal, resuelven de modos diferentes, pero dentro de un mismo patrón energético que incluye miles de variables. De allí que se habla de un orden superior, de un lenguaje y no de un complejo caos que nos gobierna. En palabras de Teilhard de Chardin “El fenómeno humano debe medirse en una escala cósmica”

Es así como las cartas natales son mapas vivos que nos hablan de la energía entrando en la materia y de cuáles son los senderos que suele recorrer y cómo. Al ser el cuerpo materia con borde que no puede abarcar el quantum energético que recibe, algo en la consciencia debe escindirse como mecanismo psíquico de supervivencia. Algunos aspectos de la energía quedarán en el plano consciente y otros en las sombras. Lo que queda en el plano consciente es aquello con lo que nos identificamos, y lo que queda en las sombras del inconsciente se constela en nuestro mundo externo a través de los vínculos y circunstancias. Entonces, somos en red. Nuestro entorno es parte de nuestra carta natal y todo lo que “nos pasa”, tiene que ver con nosotros y nosotros también “le pasamos” a los otros. Soren Kierkegaard nos dice “Solo conozco la verdad cuando en mi se convierte en vida”
Iluminar algunos aspectos que permanecen en las sombras nos permite no friccionar tanto con el afuera y resolver las tensiones y conflictos internos en espacio seguro. Ampliar la consciencia paso a paso, ir descubriendo estos pedacitos de vida, de verdades singulares posibilita una mayor expansión de la consciencia y un mayor placer en las formas de habitar la vida. El exceso de identificación con lo que queda del lado de la consciencia, reduce el potencial creativo oculto. Pero esto pulsa por salir, no se queda ahí dormido sin molestar. La vida se abre paso, y también se abre paso el dolor que no fue escuchado, visto, nombrado. Es por eso que nombrar lo oculto libera, alivia y deja espacio para que ocurran cosas nuevas.
Paola Antonini
Bibliografía
-Arroyo, Stephen (1975) - “Astrología, Psicología y los cuatro elementos”
-Arroyo, Stephen (1989) - “Manual de interpretación de la Carta Natal”
-Jung, Carl Gustav/Wilhelm, Richard (1955) - El Secreto de la Flor de Oro”
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